La Navidad no es cosa de niños

Luces de colores adornan nuestras calles. Gente que trabaja en detalladísimas maquetas de belenes que incluso funcionan con elctricidad. Cabalgatas y desfiles por las grandes arterias de las ciudades, dando trabajo a centenares de personas. No, la Navidad no es cosa de niños.

Cierto es que se cuentan fantásticas historias a nuestros pequeños, pero que se hace por motivos morales y sociales, no tanto por razones religiosas. La Navidad, como nos muestra la experiencia, es la época en la que las familias se amontonan en torno a un arbolido decorado y a una chimenea encendida, en teoría.

Sin embargo, en la práctica, realmente la Navidad tal y como se conoce hoy en día no es más que una invención de la sociedad consumista, para que las empresas amorticen todo el reto del año, derrochando el dinero en cosas inútiles y decenas de juegos para sus hijos malcriados, despreocupándose así de los problemas del resto del mundo que existen tanto en Navidad como en el resto del año, pero que al parecer, los medios de comunicación se empeñan en mostrarnos imagenes de las ciudades decoradas con lucecitas (que no hacen nada más que malgastar la electricidad que tanto dinero cuesta producirla) y árboles de 15 metros en las plazas, paisajes rurales nevados (hasta tal punto que se cortan las líneas de alta tensión) y multitud de personas pegándose para poder comprar el mejor marisco, la mejor camisa o la colonia más cara que ni si quiera se pueden permitir. No, la Navidad no es cosa de niños; tal y como la conocemos hoy los habitantes de los países capitalistas del Primer Mundo es un aumento del derroche y del consumismo.

Published in: on 21/12/2009 at 22:12  Deja un comentario